Pedro Izquierdo
23-4-2021
Nos habéis borrado el rostro cubriéndolo
Nos habéis borrado el rostro cubriéndolo,
habéis inoculado el miedo como un veneno
envuelto en una suave brisa.
Nos habéis quitado el aire
y ahora respiramos asustados.
Habéis plantado la semilla de la duda
y su fruto ha sido la desconfianza.
Nos habéis robado los besos
y nos habéis hecho temer los abrazos.
Habéis desviado nuestros pasos,
nos habéis hecho caminar separados,
y en esa distancia, habéis esparcido la niebla.
Temblamos por el fututo de nuestros hijos,
y seguiremos trémulos.
Nos habéis separado de nuestros padres,
de nuestros hijos, habéis marcado
el calendario de nuestros breves encuentros,
y en nuestros relojes, las finas manillas,
se han convertido en signos de interrogación.
Hemos vertido el llanto de nuestros muertos
en una mesa de escritorio sin darles el último adiós.
Vertéis la sospecha en pequeñas gotas
y las delaciones nos mojarán a todos
el resto de nuestros nuevos días.
Estáis formando un rebaño para llevarlo al infierno
y nosotros mismos,
seremos los perros que vigilen el ganado.
Vendéis seguridad a cambio de libertad,
y nos marcáis,
para controlar a la oveja descarriada.
Queréis que olvidemos el pasado,
deshacer el presente,
y hacer el futuro más incierto.
¿Quién seremos si no recordamos?,
¿Cómo lucharemos si estamos cansados?,
¿Qué rezaremos, si ya no creemos en los milagros?
Sois los apóstoles de la maldad
y ya la mostráis sin tapujos.
Enarboláis vuestra bandera negra
de múltiples calaveras sin avergonzaros.
Queréis robarnos todo.
Pero de la lucha nace la esperanza,
del miedo surgen los hombres más fuertes.
Sin nada que perder todo es más fácil,
también la muerte.
Me gustaría deciros que Dios os maldiga
Pero en Él no creo al igual que vosotros,
y desde mi insignificancia os maldigo yo.
¿También queréis robarnos el alma?
Pero el alma es invisible y vuela
y nunca sabréis donde está.